martes, 31 de mayo de 2011

Así ha sido y será, porque así es (Cap 10)


Ubel alzó ligeramente un dedo cuyo movimiento captó al instante Ornella.
_”Querida Ornella, es hora de que llames a Jerusalén”
La Trooper miró su reloj de pulsera, movió los labios cerrados, agitó las pestañas, arqueó una ceja, respiró hondo, tragó saliva y apretó los puños, todo en tres segundos.
El arcángel le miraba con una pizca de ironía en su caída de ojos como si ese instante de turbación le divirtiera.
_”Ornella, ¿Ya dejaste de hacer muecas?”
_”Perdón, Maestro Ubel Arcángel, es que…”
_”¿Qué?”
_”Nada, Maestro”
_”Ven, acércate”
Y la tomó por el talle con sus largos brazos.
_”Te necesito centrada, entiendo que los acontecimientos están sucediendo muy de prisa pero confío en ti ¿Sigues confiando en mi?”
La chica cambió de postura dejando ver algo de enfado consigo misma por la transparencia su momentánea debilidad.
_”Si, Maestro. Yo confío plenamente en usted”
_”De acuerdo, entonces has la operación junto a tu nuevo protegido. Déjale ver y escuchar, que no intervenga pero que se entere de todo. Lo dejo en tus manos”
_”Jái”_ contestó Ornella que, girándose hacia José, le pidió que le acompañara.
Mi esposo se había quedado con lo del “nuevo protegido” que escuchó de los labios de Ubel y enseñando las palmas de las manos a la altura de su cara en señal de stop, se dirigió a nuestro amigo celestial.
_”Oye Ubel ¿Qué es eso de “Nuevo protegido? ¿Acaso ella me va a proteger? Yo no necesito protección alguna, sé defenderme solo”
El arcángel se incorporó en toda su belleza y puso los brazos en jarra.
_”¡Ay cubanito! ¿Qué voy a hacer contigo?”_ dijo con cara de circunstancia_”Menos mal que te quiero tanto…tanto…que de veras no se que hacer contigo, vamos a ver… Ornella es a partir de hoy quien velará por tu seguridad, otras entidades se encargarán de cuidar a tu mujer y a las niñas. Con tu esposa no hay problema pues ella tiene el don de la Confianza, en cambio tú, posees el don de cuestionarlo todo, razón por la que seguís juntos en perfecto equilibrio y armonía. De todas maneras, deberías saber cuales habilidades posee ¿Nos la recuerdas, querida Ornella?”
_”Si, Maestro. Soy graduada en artes marciales, piloto de helicóptero de combate, francotirador de primera clase, miembro del Special Weapons and Tactics, alias Swat, de Nueva York, especialista en lucha antiterrorista y contraespionaje, técnico en contramedidas electrónicas y seguimiento por satélite, soy la mejor hacker de Europa occidental para sistemas informáticos civiles y militares, he trabajado para el Mossad israelí, la Cia norteamericana y el KGB de la antigua Unión Soviética, hablo catorce idiomas y seis dialectos. También soy primer diploma de la Scuola Leonardo da Vinci, de Roma, se trata de cocina italiana. No imaginas cómo hago los espaguetis”
José escuchaba perplejo, con las manos en los bolsillos.
_”Pero mi niña”_le preguntó abriendo los ojos _”¿En qué tiempo aprendiste esas cosas?”
Ornella acercó su rostro al de mi esposo.
_”En los últimos cien años, es que aún soy… una cría”
Ubel reafirmó las palabras de la chica con un giro de cabeza.
_”Y bien José ¿Estás convencido sobre la capacidad profesional de la Trooper Ornella?”
_”Vale, vale, yo estoy de acuerdo pero ¿Acaso ella no es la escolta de Exvet?”
Los ojos del amigo angélico cambiaron de tono en una reacción asociada a lo que nosotros denominamos tristeza.
_"A partir de hoy, nuestro hermano Exvet comienza a preparar su regreso a La Fuente. Mañana vendrán a buscarle dos miembros del grupo “Chux Valáod” con la misión de ir, poco a poco, reinsertándole a la vida espiritual y alejándole de la identidad material que, como humano, sostuvo durante trescientos años.”
José miró al anciano con un punto de humedad en sus ojos
_”Exvet, ¿te vas a morir?”
El viejo Trooper sonrió y alzó su copa a modo de brindis al cielo. Entonces Ubel explicó el origen de la situación.
_”No José, Exvet vuelve a casa, regresa al sitio de donde partió con el propósito de hacer un trabajo específico entre vosotros. Conozco La Fuente, es un lugar maravilloso, estará bien”
_”Sin embargo, creo verte un poco triste ¿O no?”
La hermosa morena se acarició la barbilla apoyando el codo sobre un antebrazo.
_”Alguien escribió que los ángeles somos seres perfectos”_ dijo en tono evocador_ “siempre lumínicos y geniales ¡Tonterías! Los ángeles somos, sobre cualquier argumento imaginado, seres amorosos, entidades tan llenas de amor que sin él nos desintegramos. De tanto andar entre ustedes surgen formas de apego, tanta cercanía y comprensión, tanta complicidad, hacen inevitable la aparición del sentido de pérdida y hasta yo mismo me pregunto cual de las identidades de Exvet he amado más ¿La de Don Francisco Gracia, comerciante de especias orientales? ¿La de Juan de Calatayud, importador de licores? ¿Javier Amador, coordinador general de la Cruz Roja en Suiza? ¿Ernesto Chao, ingeniero de caminos? ¿Miguel Carrasco, industrial de los ferrocarriles o el actual  Don Rodrigo de Aranzazu, economista e inversor tecnológico? Al final me quedo con Exvet. Con su partícula inmortal de vida, el eterno niño Exvet. Así ha sido y será, porque así es
_”Amén, tío”_ dijo José
Se hizo el silencio.    
El arcángel volvió a tomar asiento, se arregló el peinado y señaló a la Trooper.
_”Acompaña a Ornella querido José, y no pierdas detalle de lo que va a ocurrir”
Mi esposo y la chica se dieron las manos en señal de armonía. El cubano estaba algo avergonzado por las dudas vertidas sobre ella, así que fue sincero al decirle.
_”No sabía tu currículum, perdóname si te he ofendido.”
_”Estás perdonado”
_”Muchas gracias… aunque aquello que dijiste sobre los espaguetis…no sé ¿Podríamos hablar del tema?”
_”¡José!”_ intervine simulando enfado_”Ni se te ocurra, mira que tienes que bajar de peso”
Y la risa de todos fue rocío sobre pétalos de rosa en aquella noche. La Trooper puso su mano en el hombro de José y me envió una mirada de complicidad en la que encontré aquello de lo que hablaba mi amigo ángel, Confianza. Saber que un ser así cuidaba de él me trajo mucha paz porque en aquellos ojos grises vi un tipo de amor muy especial, mezcla de resignación por los acontecimientos ya en camino, un poco de aceptación ante la dura línea de la vida y a su vez, la seguridad de que mi familia había crecido con aquella joven que bien podía pasar por hija nuestra, una hija que el tiempo se encargó de otorgarle título oficial gracias a su arrojo y valentía.    

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